El director del instituto Portada Alta de Málaga ha logrado aglutinar a la mayoría del profesorado en un proyecto innovador que ha reducido la conflictividad y ha mejorado los resultados. El centro, antes en declive, es hoy un modelo a seguir. Por Gabriela Cañas (El Pais Semanal, num. 1668)
Hay familias de la barriada malagueña de Portada Alta que de vez en cuando reciben un SMS del instituto de su hijo o hija informándoles de que ese día se ha portado especialmente bien. Hay familias en esa barriada cuyos hijos, además de ir a clase, se han especializado en mediar, en resolver los conflictos de los demás e incluso en tutelar, casi adoptar, a un alumno más pequeño. Y hay familias que ven cómo su hijo adolescente, un mal estudiante de toda la vida, se esfuerza un poco para que, a cambio, empiece a aprender en el mismo instituto los primeros rudimentos de un oficio que, de paso, quizá resuelva su futuro.